Chistes cortos 07

- Mamá, mamá... ¿Me puedo tirar un pedo como el de ayer? No, nene. Espera al menos a que se te cierren los puntos.


- ¿Por qué los hombres no pueden coger la enfermedad de las vacas locas? Porque son todos unos cerdos. 


- Era una señora tan chiquita, tan chiquita, que en lugar de dar a luz, daba chispas.


- Había un país tan pobre, tan pobre, que el arco iris salía en blanco y negro.


- Pepe, tu mujer te ha denunciado por malos tratos. Pues ha tenido que ser por escrito porque la boca se la dejé bien hinchada.


- A mí antes me perseguían las mujeres. ¿Y por qué ya no? Es que ya no robo bolsos.


- Mamá, mamá... Papá quiere asesinar a la sirvienta. Anda, y ¿Por qué dices eso? Es que escuché que él le dijo: “De esta noche no pasas”


- Mamá, mamá... ¿Los chocolates caminan? No, hijo, ¿por qué? Ah, pues entonces me comí una cucaracha!


- Mamá, mamá... ¿La abuela es mecánico? No, ¿por qué? Porque lleva dos horas debajo del coche de papá


- Mamá, mamá... ¿Me dejas tus pastillas anticonceptivas? Pero, que dices hija ¿Para qué las quieres? Es que ya no quiero que los Reyes me traigan más muñecas.


- ¿En que se parecen los hombres a un ordenador? En que cuando más los necesitas, se les cae el sistema. 


- ¿Como conseguir que los ojos de un hombre brillen. Metiéndoles una linterna por la oreja. 


- ¿Por qué a los hombres no les entra una cosa por el oído y le sale por el otro? Porque las ondas del sonido no se propagan en el vacío. 


- ¿En que se parecen los hombres al parchís? En que comen una, y cuentan veinte 


- Era un príncipe tan pero tan feo, que Cenicienta regresó a las 10:30.


- Era un niño tan feo, pero tan feo, que cuando la madre dio a luz, el médico en vez de felicitarla la regañó.


- Era un niño tan pero tan feo que cuando nació, el doctor en lugar de pegarle en el culete para que llorase, le pegó a la madre.


- Tómense una foto sin flash... Y el pobre de Flash se fue sin su foto.


- Dos curas, sobre de los gajes de su oficio: Pues yo he tomado tantas duchas frías para combatir la tentación, que cada vez que llueve tengo una ereccion.